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5 Técnicas para estar presente en tu relación de pareja

Infidelidad: ¿se perdona o no?

Cuando hablamos sobre una persona infiel, de seguro llegan a nuestras mentes escenas novelescas que hemos visto en televisión, series o películas. ¿Quién no recuerda la película “Unfaithful,” en la que la protagonista, Diane Lane, sucumbe ante una relación adúltera con un extraño?

El amante es presentado como un hombre atractivo físicamente, más joven que su esposo, y extranjero con acento francés para darle un toque más sexy. La película tiene varias escenas de contenido sexual; y también nos muestra cómo la mujer comienza a descuidar sus responsabilidades y cambia sus patrones de conducta, hasta que su esposo se dispone a investigar lo que sucede. Esta película no tiene un final feliz para ninguna de las partes involucradas.

La mayoría de estas producciones de entretenimiento presentan a la infidelidad de manera glamurosa, y hasta provocan que el observador se identifique con la persona que falla a la relación. Esto contrasta grandemente con lo que sentimos cuando nuestra pareja nos es infiel en la vida real.

Los componentes de una relación saludable varían según los acuerdos y límites que haya establecido cada pareja. Este acuerdo generalmente implica mucho compromiso, responsabilidad, comunicación, respeto y lealtad, además de componentes económicos, toma de decisiones para el bien de ambos, definición de sexualidad según la entienden ambos, capacidad para adaptarse al cambio y comunicación efectiva, entre otros. La definición de una infidelidad, cuando la usamos en el contexto de una relación, se refiere a cuando se falla a este compromiso, sexual o sentimental, con una persona ajena a la pareja.

¿Una persona infiel es mala?

Aunque ante los ojos de algunos la respuesta sea sí, juzgar a la persona con una cualidad absoluta no ayuda a que esta pueda ver alternativas para mejorar.

Estamos de acuerdo en que nuestro futuro es incierto, pero tenemos la expectativa de que nuestro pasado ha sido exactamente lo que creemos que fue. Que podemos mirar hacia atrás y que podemos confiar en las experiencias que hemos tenido.

Cuando uno es traicionado por su pareja, se pierde la coherencia de la narrativa de tu vida. Se siente como si te hubiesen robado la historia completa de lo que fue tu relación. Cuando hay un elemento nuevo en la narrativa de nuestra historia, comenzamos a cuestionarnos todo. Se siente demasiado grande para aceptarlo. Revisamos cada recuerdo, cuestionamos la veracidad de lo vivido y hasta podrían llegar sentimientos de que todo fue un fraude. ¿Cómo integrar la realidad a los hechos para que sea coherente? ¿Cuál es el “pago” que se espera por lo sucedido?

Creer que tu pareja no lo volverá a hacer y/o confiar nuevamente en ella, son dos cosas diferentes. La honestidad de quien confiesa o es descubierto, vale más que los detalles de su historia.

Escuchar y no culpar a quien se abre para hablar de sus sentimientos

“Me siento mal por lo que sucedió”, es diferente a decir “me siento muy mal por lo que te hice a ti o por como te debes sentir”. Es importante que la persona diga qué es lo que quiere y lo que siente, además de reconocer la experiencia de la persona que ha sido lastimada y entrar en contacto físico con ella. Abrazarla o estar presente aunque no se entienda perfectamente cómo se siente ella. Porque tal vez sienta vergüenza por la aparente pérdida de respeto propio, o que se afecte su autoestima y tenga que lidiar con lo que otras personas opinen sobre su relación. Recuerda que la culpa es el sentimiento de responsabilidad hacia otra persona.

¿Cómo minimizamos el riesgo de una infidelidad?

Primero, es importante que tu pareja y tú definan lo que es infidelidad para cada uno. Deben conversar al respecto con ejemplos y detalles específicos. Además, deben considerar que lo que puede ser algo inaceptable para uno, al otro no le parezca mal.

La mayoría de las personas estarían de acuerdo que tener sexo con una persona fuera del matrimonio, es considerado infidelidad, pero hay otras conductas que podrían estar en una línea gris y que deben ser discutidas. Por ejemplo: ¿se acepta dentro del arreglo salir a comer con alguien del sexo opuesto o del mismo sexo según el gusto de cada quien? ¿Han establecido si mantienen conversaciones personales con otras amistades o exparejas? ¿Qué consideran que es aceptable o no en redes sociales?

Establecer límites y acuerdos será fundamental para eliminar las dudas y que cualquiera de los integrantes de la relación termine sintiéndose herido. La comunicación abierta para expresar sentimientos, escuchar y aclarar expectativas de ambas personas, y no presumir que nuestras definiciones y conceptos de relaciones son universales, nos evitarán decepciones innecesarias. Al final del día todos deseamos estabilidad y compromiso, pero también aventura y excitación.

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